martes, 15 de abril de 2008

¿La muerte, el nirvana de la vida?

Análisis filosófico: ¿La muerte, el nirvana de la vida?
por: Diana Karen Navarro Nolasco

Inicia el tambor con un ritmo marcado y monótono, el danzante asume el papel del Venado, sacude las sonajas, tomando una actitud vigilante característica de este animal. Es así como comienza la libre y dinámica danza del venado representando el juego entre la vida y la muerte.

La llama de la vida del Venado, comienza a apagarse, ya sea porque los pascolas (unos cazadores) o los coyotes atacan sorpresivamente al Venado y, a partir de ese momento, al ritmo de los incesantes tambores que simulan los latidos del corazón, el Venado empieza la lucha contra la muerte. Esta danza prehispánica se practica en Sonora y Sinaloa durante la Cuaresma o Semana Santa. Es un rito que tiene un significado muy particular porque representa el destino, la fuerza de la naturaleza y la fragilidad de la vida.

De acuerdo con Arthur Schopenhauer, la vida no es más que una atadura para la voluntad
[1], esto es porque todo ya ha sido escrito; no es posible tomar decisiones puesto que la vida es sólo una manifestación de impulsos a lo que él denomina “Voluntad”. La vida no tiene ningún sentido y carece de finalidad; la vida depende de la “voluntad” de la fuerza cósmica. Wilhem Dilthey, tiene una percepción parecida de la vida en torno a una fuerza cósmica o como Dilthey lo llama “Experiencias de la Vida”. Dichas experiencias son limitantes de la existencia, que influyen y en consecuencia, la mayoría de las veces obstruyen las intenciones de una persona. A su vez, estas experiencias son prácticamente imposibles de eludir[2].

Si se sigue la filosofía de Schopenhauer, ya estaba predeterminado que el Venado debía morir en ese momento y de esa manera. No hay forma de ir en contra de la fuerza cósmica; su vida debía tener un final trágico y por más que luchara, nunca lograría liberarse de la muerte. Lo que para la humanidad en general representa uno de los mayores temores; la muerte, Schopenhauer afirma que ésta es lo más parecido a lo que en el budismo se le conoce como nirvana. Como ya se había mencionado antes, la vida funciona como opresora de la voluntad y la muerte, funciona como una libertadora, ya que ésta es la etapa culminante en la que se pone fin a la tormentosa que puede resultar la vida. Schopenhauer ejemplifica su argumento con el estado de relajación y tranquilidad que trae consigo la muerte en el semblante de los muertos que, por primera vez han alcanzado la libertad y la plenitud.


Por otro lado, para Ortega y Gasset, la vida es intransferible
[3] y valiosa, la cual se debe disfrutar al máximo; nadie puede vivirla mas que la persona misma. La vida es lo mejor que se puede poseer pues todo lo que tenemos, somos y encontramos, se deriva de ella. Es cierto que el único recurso al que el hombre tiene acceso pleno, es a la vida; obviamente dentro de un tiempo limitado, pues finalmente es lo único que fue entregado para irónicamente, sobrevivir. A su vez, las decisiones que se tomen, serán las que ayudarán a trazar el destino de cada persona.

Todo lo que pase a lo largo de la vida sea bueno o malo, es un estilo de vida. Se es libre de hacer con ella lo que mejor se crea. A su vez, Ortega y Gasset afirma que la filosofía y el uso de la razón son formas de dejar volar a la mente, además de ser manifestaciones de vida. Así, desarrollarse dentro del entrono, puede resultar en algunas ocasiones pavoroso, pero finalmente, enfrentarse a él, permite conocer y vivir sin las limitaciones que la vida en soledad implica. Al igual, Wilthey opina que las “Experiencias de la Vida” dan sentido a nuestra existencia porque marcan el rumbo de nuestra vida, aunque en ocasiones sean desfavorables para el individuo.

Esto es a lo que los seres humanos se enfrentan día a día y, en la danza del Venado, está muy presente. El Venado se enfrenta a los peligros de su entorno por lo tanto es sigiloso y siempre vigilante; éste es su modo de vida. El Venado no puede cambiar esta circunstancia porque no tiene poder de decisión, a diferencia de los humanos que son libres de decidir gracias al raciocinio. Schopenhauer afirmaría que el Venado muere por la omnipotencia de las “fuerzas cósmicas”, además que la muerte significaría la liberación y lo mejor que le pudo pasar, pues finalmente alcanzará la plenitud al liberarse de los problemas que trae consigo la vida.

En contraparte acerca de la postura de Schopenhauer sobre alcanzar la plenitud y la libertad de la voluntad se encuentra la ideología católica acerca de la vida eterna. En la religión católica se cree que después de la muerte según el comportamiento a lo largo de la vida, la persona es candidata a ganarse el cielo y en consecuencia la vida eterna. Un estado donde el alma de la persona alcanza plenitud, paz y tranquilidad durante un tiempo indeterminado; todo esto por la benevolencia y omnipotencia de Dios.

Es claro que los budistas no consideran que la muerte sea el nirvana, porque éste último es un estado que se alcanza con la meditación que ayuda a olvidarse del deseo, la necesidad, el odio, la ignorancia y la muerte. Los budistas creen en la reencarnación como el deseo de permanencia y estabilidad, a la vez, que la reencarnación facilita el flujo continuo de energía
[4]. El nirvana no tiene principio ni fin sólo es un estado de liberación de los excesos que trae la vida cotidiana. Claramente sería imposible que una persona muerta alcanzara la plenitud del nirvana; esto va en contra de lo que Schopenhauer afirmó cuando dijo que la muerte era lo más parecido a alcanzar el nirvana porque aunque el nirvana sea un modo de olvidar todos los problemas de la vida terrena, éste no tiene principio ni fin, a diferencia de la muerte que para Schopenhauer es el término de la vida.

Han sido muchos los enigmas que han tratado de ser contestados en torno a la vida y la muerte, sin embargo, todavía no se sabe con certeza si alguno de ellos ha sido contestado exitosamente. No cabe duda, que la muerte es una etapa de la vida que es imposible evadir; es lo único certero en la vida de un ser vivo. Como dijo alguna vez Sigmund Freud: “La meta de toda vida es la muerte”
[5].
[1] El mundo como voluntad y representación, p.237-241 de la selección de Michel Piclin, Schopenhauer, EDAF, Madrid 1975.

[2] Teoría de las concepciones del mundo. Traducción de E. Imaz, F.C.E., México 1954, selección de las p.112-114.

[3] ¿Qué es filosofía?, en «Obras completas», vol. VII, Revista de Occidente, Madrid 1966-69, p.401-404


[4] http://www.proyectopv.org/1-verdad/rbudismo.html

[5] Más allá del principio del placer, en Obras completas, Biblioteca Nueva, Madrid 1967, vol. I, p. 1112.

1 comentario:

Erick dijo...

hola me podran conseguir el mail de diana karen navarro nolasco x favor!!!

mandenlo a: erickrodm@gmail.com
srt10antivenom@hotmail.com